Si tiene la oportunidad de que una chica se agarre a su brazo y apoye su cabeza sobre su hombro, incline usted a la vez su cabeza hasta apoyarla en la cabeza de ella, posicionando la oreja propia sobre el cuero cabelludo de la chica. Este gesto debe hacer sin penas fuerza o podría ocasionar cierto dolor craneal e incluso que la chica no vuelva a acercarse a usted. Una vez esté en posición guarde silencio y concéntrese, ignorando pues el calor que el cuerpo de ella le está transmitiendo ya que nuestra ocupación va mucho más allá de esa sensación superficial (aunque ciertamente sea muy agradable). Espere entonces a que la chica guarde silencio y escuche con atención. Es importante mantener la mente en blanco si no quiere oír sus propios absurdos pensamientos.
Una vez comience a escuchar el cerebro de la mujer procure mantener la calma.
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