martes, 21 de septiembre de 2010

Llamada

Espero ansioso su llamada. Mi corazón palpita a mil por hora y una gota de excitación recorre mi frete hasta llegar a la barbilla. Solo ella entiende mi juego lujurioso, lascivo y, por qué no decirlo, absurdo. Por fin el teléfono suena. En la pantalla aparece “Salvador” para que mi mujer no sospeche.
-Hola. Si que has tardado.
-Lo siento, mi marido ha tardado mucho en marcharse- responde ella con la voz entrecortada.
Después de este saludo fugaz que en las últimas llamadas solía repetirse casi con las mismas palabras, comenzaba nuestro juego.
-¿Qué llevas puesto?
-Un traje de payaso.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Un cuento antiguo (mio) que encontré por ahí

Ruth María nació en Rumania. Ya desde pequeña se le detectó una extraña enfermedad, tan extraña que fue llamado “síndrome de Ruth María”, la cual le impedía diferenciar los sueños de la realidad. Por eso su padre siempre le decía: “Nena, cuando vivas algo realmente raro o absurdo recuerda que es un sueño” y le daba un fuerte beso en la frente.

Sin embargo, a pesar de los sabios consejos de su padre, tuvieron que cuidarla como si fuera un tesoro ya que era difícil para una niña tan pequeña diferenciar lo que era “raro o absurdo”. Por ejemplo, su madre la salvó más de una vez un instante antes de que se tirara por la ventana ya que, si podía volar en sueños, por qué no iba a poder hacerlo en la realidad.

Por desgracia, siendo Ruth María ya una adolescente, sus padres murieron en un terrible accidente de tráfico cuando ambos se dirigían al trabajo. A pesar de lo que se dice no vieron pasar su vida en un instante y, todo fue tan rápido, que lo único que llegaron a pensar es que llegarían tarde al trabajo.

Desde entonces la vida de Ruth María fue un caos. Un buen día estaba en el instituto y el profesor la sacó a la pizarra para preguntarle una lección la cual Ruth María olvidó estudiar. ¿Los ríos de Rumania? ¿Para qué sirve aprender eso viviendo en España? A continuación Ruth María se dio cuenta con gran horror y asombro de que estaba desnuda de cintura para abajo. Con gran pudor se tapo como pudo ante las risas de sus compañeros de clase, incluido el chico que le gustaba. Por fin, se decidió a salir corriendo pero por más que corría y corría no avanzaba nada, así que salto y gracias a ese salto salió volando (cualidad que solo ella poseía). Mas, cuando se encontraba a una altura considerable, el viento dejó de soplar lo cual precipitó su caída y su grito desgarrador. Afortunadamente para ella aterrizó en su cama, en cuyos pies se encontraba sentado su padre que le decía: “Nena, cuando vivas algo realmente raro o absurdo recuerda que es un sueño” y tras un beso en la frente Ruth María se tranquilizó y volvió a despertar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Respuesta de Sevici y contrarrespuesta

No lo esperaba pero el servicio de atención al cliente de Sevici ha contestado mi sugerencia (aunque creo que no se enteraron de nada). Aquí os dejo lo que me enviaron y mi contestación:

RESPUESTA DE SEVICI
Estimado Sr. Lara.:

Quisiéramos agradecerle que haya contactado con nosotros, así como la sugerencia que nos ha remitido.

Informarle que lo tendremos en cuenta en nuestras futuras actuaciones de mejora del servicio.

Además quisiéramos indicarle que el número 902011032 no está desactivado, sigue en funcionamiento y nuestros operadores atienden sus llamadas a la mayor brevedad posible.

Indicarle además que también pueden notificar sus incidencias vía mail

Si desea contactar con nuestro servicio de Atención al Cliente puede utilizar cualquiera de las modalidades:

• Teléfono 902 01 10 32
• Web: www.sevici.es

Reciba un cordial saludo:
Servicio de Atención al Cliente

Y aquí mi respuesta a su respuesta:


Estimados súbditos de Monsieur Decaux:
En primer lugar me gustaría agradecer su respuesta ya que no esperaba que Monsier Decaux se tomase las sugerencias de sus clientes en serio. Empiezo a pensar que la gran cantidad de riquezas que ha acumulado a lo largo de su vida no han sido fruto de la casualidad, sino de una política de empresa orientada al cliente. Así que, como decís, que se van a tomar en cuenta mis sugerencias, paso a aclararlas ya que creo que no la habéis entendido convenientemente.
En primer lugar soy consciente de que el teléfono de atención al cliente 902 no está desactivado, desgraciadamente para mí no me queda más remedio que comprobarlo una o dos veces a la semana. El que está desactivado es el número 954 516 885, de tarificación normal. Estoy seguro de que Monsier Decaux necesita el dinero que recauda de esa línea 902 para comprarse un nuevo rascador de espalda de marfil o el último cuadro abstracto de su pintor favorito para poner en el baño y pensar qué diablos significa mientras defeca, pero solicito que en vez de hacer esto reflexione un poco. ¿Es justo cobrar a los pobres clientes de Sevici porque no funcione bien el sistema de enganche de las bicicletas? Y puede reflexionar más todavía: ¿es justo poner un 902 a los ciudadanos de Sevilla, una ciudad que ha dado tanto a Monsier Decaux? Porque no hay que olvidar la publicidad gratuita que la ciudad de Sevilla da a JCDecaux todos los veranos, yo no paro de ver en todos los telediarios los termómetros marcando cerca de 50 grados de temperatura instalados por JCDecaux y que ya forman parte del paisaje sevillano. Son el objeto más fotografiado en verano en Sevilla, por delante de monumentos como la Giralda y la Torre del Oro juntos. Esa publicidad no tiene precio y sin embargo los sevillanos no le pasamos la correspondiente factura a Monsieur Decaux. Por otro lado saber que te cobran por un problema que ha generado su propia empresa es algo nada agradable, algo que te puede estropear el día aunque hayas comido tu comida favorita o te haya sonreído la chica que tanto te gusta.
En cuanto a las incidencias vía e-mail he constatado que no tardan menos de 1 semana en contestar y yo, que cojo la bicicleta casi todos los días para ir a trabajar, no puedo esperar tanto porque me despedirían. Si nos saltamos la ventaja que tiene internet (la inmediatez) por el forro quizás sería más provechoso volver al siglo XIX y rememorar el romanticismo que tiene el correo ordinario como se hace, por otra parte, para sacarte el abono Sevici. Posiblemente a Monsieur Decaux le apetece este sistema porque es como vivir en alguna de las novelas de Victor Hugo (especialmente "Los miserables") que seguro tanto le gustan.
Sin más me despido esperando de nuevo una respuesta. Atentamente: Zacarías Lara Peláez

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