viernes, 28 de agosto de 2009

El principal sospechoso

Me encontraba patrullando con subinspector Sánchez cerca de la pastelería. Últimamente patrullábamos mucho por allí, sobre todo desde que habían traído esos nuevos pastelitos rellenos de crema ya que, según el subinspector, "esos pastelitos eran tan deliciosos que se convertían en un peligro público porque podían llevar a una locura homicida al que no consiguiese uno de ellos". Por eso el subinspector compraba todos los que encontraba en la tienda, evitando que esa amenaza llegase a la población. De repente, mientras el subinspector se metía el tercer pastelito consecutivo en su boca, oímos lo que claramente parecía un disparo por lo que salimos corriendo de la tienda para ver que había ocurrido. A la vuelta de la esquina un hombre se hallaba tumbado bocabajo encima de un charco de sangre.
- ¿Qué es esto Jiménez?
- Subinspector... parece claro que le han disparado.
- Eso ya lo veo maldita sea. Me refiero a este pastelito, fíjese, tiene un pelo.
- Vaya subinspector... que desgracia... no puedo explicarme como puede comérselo a pesar de ello. Pero... ¿no deberíamos centrarnos en el cadáver? Es la primera vez que me encuentro con algo así, ¿cómo debemos actuar en estos casos?
- Normálmente iríamos a la pastelería a que nos devolviera el dinero, pero al salir corriendo nos hemos ido sin pagar.
- Digo como actuar con el cadáver.
- ¡Ah! ¡El cadáver! Lo primero es identificarlo. A ver usted, identifíquese.
- Pero subinspector... está muerto...
- ¿Y qué? ¿Acaso eso es un problema para identificarse? Al contrario amigo mio, ahora debería darle igual. ¡He dicho que se identifique! Caramba Jiménez, parece que estamos ante un fiambre realmente rebelde. Dele la vuelta para que podamos verle la cara.
- Pero subinspector... No podemos mover el cuerpo. Podríamos borrar pruebas concluyentes acerca del asesino.
- Maldita sea Jiménez. ¿Quién manda aquí? Si le digo que le de la vuelta al cadáver le da la vuelta al cadáver y si le digo que me deje veinte euros me los deja y no hay más que hablar.
- Está bien, le daré la vuelta...
- ¿Y los veinte euros?
Después de darle los veinte euros procedí a girar al cadaver. Había algo en él que me resultaba familiar, como si lo conociese de algo.
- Caray Jiménez. ¿Qué tenemos aquí? Si es ese tipo de la tele. ¿Cómo se llama...?
- No sé subinspector. La verdad que su cara me suena, pero no podría decirle. No veo mucho la tele.
- Pues muy mal Jiménez. En esta vida hay que estar informado. Yo sé quien es. Es el que presenta ese programa especial de Navidad.
- ¡Aaah...! Ni idea...
- Si hombre. Bueno, es que ahora no me sale el nombre, pero esa cara, ese uniforme... es él seguro. Cójale la cartera y saldremos de dudas.
- Pero subinspector... Esto podría ser algo gordo. ¿No deberíamos llamar a los de homicidios?
- Y esos qué hacen ¿eh? Se creen los reyes del mambo porque tienen una tiza y dibujan un surco donde estaba el cadáver. ¡Quiere coger la cartera de una vez! Maldita sea, te juro que tengo el nombre en la punta de la lengua.
Después de registrarle los bolsillos, encontré su cartera. Se la di al subinspector para que la registrara. Seguro que su mirada sabuesa y sabia podría sacar algo en claro después de echarle un vistazo.
- Bueno, dinero no tiene mucho- dijo mientras se metía unos cuantos billetes en su bolsillo.
- Pero subinspector... ¿Y el nombre?
- Pero subinspector... ¿Es que no sabes decir otra cosa? Voy a pedir que te reemplacen como oiga otra vez pero subinspector- dijo burlándose de mí imitando un acento gallego, cosa curiosa porque yo soy de Albacete.
- ¿Ha encontrado el DNI?
- No, pero parece que tiene familia numerosa. Fíjese qué de fotos. ¡Aquí está el DNI! Se llama Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.
- Menudo nombrecito subinspector.
- Joder, claro, así cómo quería que me acordase.
- ¿Y ya tiene algún sospechoso subinspector?
- Tengo al principal sospechoso.
- ¿En serio?
- Sí. ¿Quién ha sido el último en tocar el cadáver?
- Bueno... el último he sido yo.
- ¿Y eso no te convierte en el principal sospechoso?


¿Cómo supo el subinspector Sánchez que el asesino fue Jiménez? Dejad vuestras teorías y obtendréis la respuesta después de mis vacaciones.

martes, 25 de agosto de 2009

El Carrusel Deportivo y el "hombre ¿umm?"

¿Habéis oido alguna vez el Carrusel Deportivo? Como ahora empieza la temporada de futbol fijaos bien. En el Carrusel tienen una serie de “animadores” que cantan las canciones de los publicistas, les ríen las gracias a los presentadores, etc. Pues bien, hay uno en concreto cuyo trabajo consiste en hacer un ruidito que onomatopéyicamente podríamos escribir como “¿umm?” cada vez que alguien dice algo que pueda tener un doble sentido o connotación sexual, como por ejemplo “el árbitro se lleva el pito a la boca” o “el delantero se la metió entre las piernas al portero”.
¿Habéis pensando lo triste y absurda que debe ser la vida de este hombre? Diez años estudiando una licenciatura (de cinco años) de periodísmo para acabar buscando dobles sentidos absurdos. No puedo imaginar cómo sería su entrevista de trabajo, aunque mi sentido común me hace pensar que lo contrataron porque cuando el entrevistador le dijo “choque esas cinco” fue el único que le contestó “por el culo te la hinco”.
¿Mezclará ese hombre su vida personal con su vida profesional? ¿Podrá dejar de buscar dobles sentidos cuando este con su familia o amigos? ¿Pensará que su trabajo es denigrante o por el contrario se sentirá realizado con su cometido? ¿Le ocultará a su hijo en que trabaja? Dudas, dudas y más dudas acerca de este hombre misterioso.

lunes, 24 de agosto de 2009

Mierda de perro

Mierda de casa. Otra cucaracha. Plaf. Ven Pufi. ¡Te digo que vengas! Maldito perro, tendré que cogerte en brazos. Vamos a preparar la comida. Ten, aquí tienes la tuya. ¿No quieres comer, eh? Bueno, ya te lo comerás cuando te mueras de hambre. Mierda de cocina. Plaf. Tengo que comprar insecticida. Bah, si no tengo dinero, no tengo dinero ni para comida. Se lo lleva todo este maldito perro y encima no come. ¡Come te digo! ¡No me mires con esa cara! Mierda de cucarachas. Plaf. ¡Es por tu culpa Pufi! Mira como tienes la casa. Está llena de mierda. Yo no puedo más... No puedo vivir así. Plaf. Ven aquí. ¡Ven aquí! ¿Ves este cuchillo? Si no quieres que te lo clave cómete tu comida. ¡Vamos! Mierda de perro. Tú te lo has buscado.

Al entrar el cuchillo en el pequeño cuerpo de Pufi una diminuta lluvia de algodón calló sobre el suelo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Moonage Daydream

Traducción cutre hecha por mi de la Wikipedia en inglés:

"Moonage Daydream" es una canción escrita por David Bowie en 1971 y primeramente lanzado como single bajo el nombre de "Arnold Corns" (los granos de Arnold ¿?). La versión regrabada es lanzada en 1972 en el disco "The Rise and Fall of Ziggy Sturdust and the Spiders from Mars".
Letra de la canción: Ziggy Sturdust llega a la tierra a salvarnos del desastre que se insinua en la canción anterior ("Five Years"), pero cuando aterriza se da cuenta de que le ha salido un grano. Para el glam-rock el aspecto era fundamental, así que va a una clínica dermatológica ignominiosa a que le trate este problema de acné ("put your ray gun to my head"), pero el dermatólogo resultó ser una persona que siempre andaba con rodeos y se iba por las ramas, por lo cual no fue directo al grano y no pudo solucionarlo. Lo peor de todo es que su mujer se divorció de él por ello.
Como soy penoso como traductor os pongo esta fantástica actuación de Bowie en el Hammersmith Odeon de Londres en 1973 y que aparece en la pelicula "Ziggy Sturdust - The Motion Picture". Nos quedaremos siempre con la duda de si Bowie llevaba algo debajo de esa faldita.


martes, 18 de agosto de 2009

Crítica literaria a la vieja usanza: Slumdog Millonaire

Jamal Malik, un joven ayudante de telefonista, acierta inexplicablemente todas las respuestas del concurso "¿Quién quiere ser millonario?". Aunque algunos piensan que hace trampa y otros que tiene mas suerte que el novio de Pilar Rubio, a través de las respuestas vamos descubriendo la vida de Jamal, no exenta de dificultades y violencia en los suburbios de Bombai (en este aspecto me recordó mucho a Ciudad de Dios, pelicula que habla de las favelas brasileñas) y de como gracias a ella sabía todas las respuestas a las preguntas del concurso. Por supuesto no podía faltar una historia de amor del propio Jamal con Latika, una bellísima joven enganchada al programa de marras. La incognita viene en saber como una mujer tan espectacular puede acabar con tan poca cosa, lo que me hace plantearme la falta de infraestructuras en el mundo occidental para hacer frante a amenazas de esta categoría.

jueves, 13 de agosto de 2009

El pesimista

Siempre he tenido mucha mala suerte. Nací en un país occidental del primer mundo, en el seno de una familia acomodada. Mis padres y mis hermanos, con los que me llevaba muy bien, siempre fueron felices, nunca nos faltó de nada ya que mis padres tenían empleos estables y bien remunerados. Siempre sacaba buenas notas tanto en el colegio, como en el instituto y la universidad porque, aunque nunca me esforcé demasiado estudiando, siempre daba la casualidad de que me preguntaban en los exámenes la parte que me había estudiado mejor. Ya en la universidad conocí a una chica inteligente, guapa y con sentido del humor que se enamoró locamente de mi y, por supuesto, yo de ella. A los pocos años de feliz noviazgo nos casamos y tuvimos dos hijos guapos y sanos que además no dan ningún tipo de poblema. En el plano laboral tampoco me puedo quejar, encontré trabajo rápidamente una vez terminé los estudios y en seguida me ascendieron hasta conseguir un puesto con un gran sueldo, entretenido y sin grandes responsabilidades. Pero mi mala suerte no acaba aquí. Siempre que jugaba alguna lotería o sorteo ganaba, ya fuera la quiniela, la lotería de navidad o el euromillones. Incluso un día vi un arcoiris y logré llegar a su comienzo y atrapar al duende. Aparte siempre que voy a algún sitio en transporte público cuando llego a la parada viene el autobus y si salgo y hace mal tiempo y se me olvida el paraguas no llueve y viceversa... como veréis todo me sale bien. ¿Por qué entonces tengo mala suerte? Mi teoría es que después de algo bueno siempre viene algo malo y a mi todavia no me ha pasado nada. Lo sé, va a pasarme algo, algo gordo, algo realmente horrible.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Dos lunas en el cielo

El próximo 27 de agosto aprovecha para salir de fiesta. Bebe todo el alcohol que puedas hasta las 00:30 y entonces mira al cielo. Marte estará en su órbita más cercana a la tierra, pero eso da igual, lo importante es que podrás ver en el cielo como si La Tierra tuviera dos lunas. La próxima vez que este evento se produzca está previsto para el año 2287 o para la próxima vez que te emborraches, lo que ocurra antes. No olvides pasar esta información a todos tus amigos, famliares y mascotas para que también disfruten de este evento.

martes, 11 de agosto de 2009

No es fácil ser escritor


No es fácil ser escritor. El primer paso es ser capaz de decir que eres escritor. Yo pensé que sería sencillo, además de más interesante y atractivo para las mujeres, decir que soy escritor en lugar de administrativo. Por más que me lo intento no consigo a imaginar a una mujer suspirando con mis cuentas anuales recién auditadas en la mano y diciendo “¡qué bien contabiliza!”. Aunque, por otra parte, por más que lo intento tampoco consigo a una mujer. Llevo algún tiempo diciendo que cuando me pregunten en qué trabajo contestaré que soy escritor y, por raro que parezca, bastante gente anda interesada en saber a qué me dedico porque me lo han preguntado bastante y al final siempre acabo diciendo que soy administrativo. ¿Y por qué es tan difícil? Es que me imagino la conversación que viene detrás.
- ¿De verdad eres escritor? ¡Qué interesante!
- Sí, ya ves... ¿nos vamos a la cama?
- Espera un momento, dime qué escribes.
- Escribo cuentos.
- ¿Qué tipo de cuentos?
Esta pregunta me desespera. ¿Qué tipo de cuentos? ¿A qué se refieren? ¿Basados en qué clasificación? ¿Acaso le preguntaban a Borges qué tipo de cuentos escribía?
- Pues cuentos así cortitos... graciosos. Al menos pretendo que sean graciosos. Lo de cortitos lo consigo siempre.
- ¿Y has publicado algún libro?
Aquí viene el problema. Como no he publicado nada, al final la chica piensa que me he inventado eso de ser escritor para llevármela a la cama (no sé de donde sacaría eso) y, por eso, siempre acabo diciendo que soy administrativo, de lo cual nadie requiere una prueba feaciente, sin embargo para ser escritor necesitas haber publicado algo.
Por eso me he planteado publicar un libro. Aquí viene el segundo escollo para ser escritor. Las editoriales son como mujeres a las cuales debes agasajar con tus mejores lineas y cuando ellas te rechazan te rompen el corazón. Incluso hay escritores como John Kennedy Toole que se suicidó ante la negativa de las editoriales de publicar su maravillosa novela La conjura de los necios. Otro caso destacado de rechazo editorial es el de Marcel Proust con su En busca del tiempo perdido, aunque en este caso fue más que justificado e incluso fue premiado por la Academia Sueca otorgándole el Nobel de Literatura a André Gide, la persona que rechazó en un primer momento la obra de Proust.
Sin embargo hoy en día estos escritores no habrían tenido ningún problema en publicar sus obras ya que, gracias a internet, existen varías paginas que te permiten publicar tu propio libro, fabricándolo y vendiéndolo bajo demanda. En fin, si las editoriales son como mujeres, esta solución es como si te... sí, eso que estáis imaginando.
Y bueno, por supuesto también está el tema de que hay que saber escribir.

lunes, 10 de agosto de 2009

La historia de Sydney Walters

Esta es una historia real. Sé que a mucha gente le puede parecer rocambolesca, absurda e incluso tonta y quizás lo sea, bueno, de hecho lo es, pero también es real. Eso es porque la realidad a veces puede ser algo idiota, sino que se lo pregunten a Sidney Walters, al dulce, viejo y amargado Sidney Walters...
A principios de los años 70 Sidney Walters tenía una vida tranquila como ciudadano de Wellington (Nueva Zelanda). Su trabajo como funcionario en el Ministerio de Deportes estaba llegando a su fin, ya que se acercaba el día de su jubilación, lo cual era un alivio para el bueno de de Sidney, al que no le agradaban demasiado los deportes. Siempre había estado en un segundo plano dentro del ministerio pero el 15 de agosto de 1974, justo después de que la selección neozelandesa de baloncesto perdiese en un apretado partido contra la URSS, fue llamado al despacho del mismísimo Ministro (en Nueva Zelanda se les da ese tratamiento a ese cargo político). Así recuerda aquel día Betty Simmons, la por entonces bella secretaria del Ministro: “Aquel día desayuné cereales integrales y un zumo de naranja. En aquella época siempre estaba intentando mantener la la linea, ¿sabe usted? Y ahora fíjese, después de cuatro partos y dos matrimonios frustrados peso 120 kilos. Recuerdo que era una bonita mañana y que el mismísimo me trajo un ramo de flores, que él mismo había recogido de su jardín. Siempre estaba intentando conquistarme y eso a mi me gustaba, ¿sabe usted? Porque el mismísimo era un tipo bastante apuesto, aunque estaba casado y eso estaba mal. Estaba mal porque a veces su mujer nos interrumpía con alguna inoportuna llamada de teléfono, ¿sabe usted? ¿Qué? ¿Sidney Walters? No, la verdad es que no sé quien es, no me suena su nombre.”
Según las crónicas la derrota ante la URSS había escocido al Ministro al caer por más de 50 puntos en lo que para la prensa neozelandesa fue un espantoso ridículo: “¿Cómo es posible si en cricket siempre les ganamos?” se preguntaban los cronistas oficiales. Así que se decidió sustituir al presidente de la Federacion Neozelandesa de Baloncesto por alguna persona veterana y curtida en mil batallas. El elegido fue Sidney Walter que era la persona que más se ajustaba al perfil ya que, aunque no se había curtido en mil batallas, veterana era un huevo.
- Señor Walters, le hemos elegido a usted para que lleve a la selección de baloncesto a las cotas que corresponden a un país como el nuestro: la Copa de Oceanía, la Copa Danone y, más tarde, quién sabe, quizás el trofeo seis naciones- dijo grandilocuente el Ministro.
- ¿Mande?
- Es usted el nuevo presidente de la federación.
- Mismísimo, con todos mis respetos, pero es que me jubilo en dos meses.
- Señor Walter, a veces la nación, el país, requiere un sacrificio... todo sea por el noble y alegre pueblo neozelandes.
¿Era Sydney Walters un genio? ¿Un visionario? ¿Un adelantado a su tiempo? ¿O simplemente quería que lo echaran para disfrutar de su jubilación? Nunca lo sabremos porque en esta historia hemos investigado lo suficiente como para dejar muchas incógnitas. Podríamos haber preguntado al propio Sydney Walters, pero ahora disfruta de una vida mejor. Nuestro casi centenario protagonista vive un retiro lleno de placeres en Palm Beach y no queremos molestarlo. Mientras se recuesta en su hamaca y disfruta de su daiquiri seguro que recuerda perfectamente a pesar de su senectud la reunión que tuvo con su equipo técnico después de la siguiente derrota, esta vez contra los Estados Unidos por 67 puntos. Su equipo técnico estaba compuesto del entrenador Phil Watson y el utillero Randy Watson (su hijo). Según el mayor de los Watson “intenté explicárselo al mismísimo de todas las formas posibles: el nivel baloncestístico de Nueva Zelanda es muy inferior al de potencias mundiales como la URRS y Estados Unidos, pero él nada, nos encasquetó a Sydney Walters que el pobre estaba ya de vuelta de todo y yo creo que un poco mal de la chaveta. Estuvo viéndonos en la grada y después del partido bajó a los vestuarios a hablar con nosotros”.
Randy, que por entonces tenía 15 años y era el utillero más prometedor del mundo, siendo elegido en el mejor quinteto en el coro vocal de su instituto, recuerda de esta manera la reunión: “Sydney empezó a decirnos que el equipo lo había hecho mal desde el principio, que lo sentía mucho pero no podía permitir más humillaciones similares y que a partir del día siguiente podíamos buscarnos un nuevo empleo. Mi padre intentó disuadirlo dándole explicaciones de por qué habíamos perdido, que ellos eran muy superiores, que perder de 67 puntos no estaba tan mal...”. “Entonces”, prosigue Phil, “el nos dijo que no se refería al principio del partido, sino a la presentación, cuando el equipo bailó la danza maorí haka”.
Por todos es conocido la tradición de los equipos neozelandeses de bailar la haka justo antes de los partidos con la intención de hacer patente el respeto a su historia y cultura y también para impactar en la concentración del rival. “Esa fue la razón de nuestro despido” nos cuenta Phil, “que no bailamos bien la haka, dijo que lo hicimos descordinados y sin espíritu”.
Al día siguiente Sydney Walters anunciaba a bombo y platillo la contratación del más famoso coreógrafo de Nueza Zelanda, Adrian Blacksmith, como nuevo seleccionador nacional. Según el propio Blacksmith “yo, la verdad, es que estaba pasando por una mala racha económicamente hablando. Entonces me llamo Sydney y me hizo una oferta que no pude rechazar. A mi me parecía un poco raro que me contrataran como seleccionador de baloncesto pero bueno, al fin y al cabo hay gente que piensa que el baloncesto es todo un arte, aunque la arquitectura también lo es y nunca me han contratado para hacer una casa”. La contratación de Adrian Blacksmith supuso un hito en el mundo del baloncesto ya que era la primera vez que una persona que no sabía nada de baloncesto entrenaría una selección nacional, hecho que no se repetiría hasta la contratación de Moncho López como seleccionador español. Sin embargo tanta innovación no fue entendida por muchos... y es que los genios siempre son incomprendidos. Un mes después, tras tres derrotas ante Islas Fitji, Madagascar y El Vaticano y tres hakas magnificamente ejecutadas Sydeny Walters fue relegado de su cargo justo un día antes de su jubilación. En el recuerdo esos All-Blacksmith, como fue conocido el equipo neozelandes, tan entrañables y que tan bien se movían en el parquet... antes de que comenzara el partido claro.
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