lunes, 4 de abril de 2011

Si se quema una Biblia en Turquía aquí no pasa nada

Reflexión acerca de esta falacia que he escuchado varias veces algunas tertulias radiofónicas durante estos días (hasta que la han convertido en verdad): Si se quema una Biblia en Turquía aquí no pasa nada.

Imaginemos que a Omer Onan, ciudadano de la ciudad turca de Antalya, le diera por quemar una Biblia en respuesta a la quema del Corán en algún lugar de Estados Unidos. El video de la quema de la Biblia llega a todo el mundo a través de Youtube, Facebook, Google, Tweeter, etc. Por suerte en la civilización occidental tenemos las luchas de religión totalmente superadas y, salvo algún caso aislado de algún católico fanático que se sintiera, con razón, ofendido no tendría ninguna repercusión. Quizás estos fanáticos, como mucho, se unieran en una manifestación totalmente civilizada exigiendo a las autoridades turcas que capturen y enjuicien a Omer Onan por un delito contra el sentimiento religioso, no sería tan raro ya que se han juzgado y condenado a otras personas, como Javier Krahe, por ese delito. Seguramente las autoridades turcas desoyeran tales manifestaciones, posiblemente porque ni se enterasen de que existían, y los fanáticos, que ya se han constituido en asociación siguieran presionando hasta que sus voces se hicieran eco en la prensa más conservadora y, posteriormente, en los partidos conservadores dominados por la prensa conservadora. Dirían que, aunque bien es cierto que somos civilizados y no nos afecta lo que pudieran hacer en los países subdesarrollados contra la cultura occidental y tampoco sería justo que un flagrante delito como ese pudiera quedar impune.
Los partidos conservadores, que tienen una importante representación en el Parlamento Europeo finalmente presionarían para que Turquía diese caza y captura a ese malhechor y fanático fundamentalista peligroso y si no se atuviera a las consecuencias de la posible no inclusión en la Unión Europea.
Turquía no tendría más remedio que detener a Omer Onan y llevarlo frente a los tribunales de justicia. Esto a su vez provocaría masivas manifestaciones ante la injusticia de esa detención ya que, por ejemplo, al ciudadano de Estados Unidos que le dio por quemar el Corán nunca lo detuvieron a pesar de tratarse de una clara provocación contra los países islámicos. Quizás algún fanático, dos o tres, se colasen en la manifestación y les diese por quemar Biblias y banderas de la Unión Europea. Este hecho aislado sería grabado por alguna cámara de televisión y saldría en portada de todos los periódicos y telediarios anunciando que el fundamentalismo islámico radical cada vez estaba más activo en Turquía y amenazaba con desbancar al democrático y legítimo gobierno turco. Y, como muestra, una imagen vale más que mil palabras, dirían.
Estas imágenes pondrían en sobreaviso a los ciudadanos europeos que empezarían a desconfiar (más todavía) de los comercios que los inmigrantes del mundo musulmán que con el sudor de su frente han logrado establecer en estos países occidentales. Alguna pintada de una esvástica incluso pudiera aparecer en la reja de los negocios. La tensión seguiría in crescendo hasta que los países civilizados occidentales decidieran presionar a Turquía para que acabase con los peligrosos terroristas que, seguramente estaban siendo apoyados por el propio gobierno turco si es que no se atrevían a acabar con ellos. Turquía, un poco ya hasta los huevos, les pide a los países occidentales que se metan en sus asuntos y miren hacia otro lado lo cual, por otro lado, han estado haciendo todos estos años con el tema kurdo y no ha pasado nada. Los Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU piden a Turquía que les dejen mandar inspectores internacionales para comprobar su potencia armamentística, sus centrales nucleares y su fuerza militar. Turquía se niega. Los países occidentales retiran sus embajadores y cientos de miles de ciudadanos turcos salen a la calle a protestar contra tal atropello, varías banderas arden y vuelve a salir en todos los telediarios. Algún comercio turco es quemado en Alemania pero eso no aparece en los telediarios, si acaso como noticia marginal al final. El gobierno de Estados Unidos anuncia una inminente guerra contra Turquía si no frena radicalismo fundamentalista que amenaza la estabilidad de todo el Oriente Medio y, fundamentalmente, el de Israel, por qué no decirlo. Lo que no diremos es los importantes gaseoductos que tiene Turquía y que es lo que realmente interesa. La primera bomba cae justo 500 días después de la quema de la Biblia por parte de Omer Onan, pero como he dicho eso a nosotros no nos afecta demasiado.

2 comentarios:

  1. Ya tienes trama para una novela de ¿ficción?

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  2. no leei nada de esto pero quemar una biblia no tiene nada de malo solo es un libro

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