Cuando éramos pequeños y nos portamos mal nuestros padres
nos castigan por nuestro bien. Sin embargo hay un nuevo sistema pedagógico,
basado en conceptos taoístas, que propone lo contrario, es decir, premiarnos
por nuestro mal.
Por ejemplo, un niño trae buenas notas y los padres le
premian haciéndole ver la tele durante doce horas consecutivas, a ver si así el
niño se vuelve tonto.
Otro ejemplo, el mismo chaval ya adolescente trae buenas
notas (todos mis ejemplos van a ser de buenas notas, no se me ocurre otro) y
los padres le regalan una bellota de grifa y le obligan a fumársela a ver si así el niño se vuelve tonto.
La intención de este sistema es conseguir un equilibrio dual
como en todo lo que existe en el universo.
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