Vas a casa de una amiga que te ha invitado a cenar. Tu amiga tiene un gato enorme en su casa. Cuando saca los platos ves que te ha preparado arenques para cenar, luego ella va a la cocina a traer el vino. Mientras eso ocurre el gato se ha acercado a la mesa y estira su garra hacia los arenques, incluso llega a tocarlos pero tu evitas a tiempo agarrandolo por sus patas delanteras. Sin embargo la tentación de los arenques y el tamaño del gato hace que éste saque de sí mismo una fuerza sobrehumana (sobregatuna en ese caso) y poco a poco sus pezuñas van acercándose al plato. El gato pasa de arañarte con sus patas traseras, solo está concentrado en los arenques. Descubres que te tienes que emplear a fondo con ese maldito gato y lo agitas con todas tus fuerzas haciendo que choque con una mesa de madera de roble que está justo detrás. Parece evidente que se ha roto algunos huesos por la forma en la que ha quedado el gato, sin embargo sus patas delanteras siguen haciendo fuerza por llegar al plato.
No piensas en lo que pensará tu anfitriona de lo que le acabas de hacer al gato, piensas "joder, son solo unos arenques pero son mis arenques".
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