Sevilla, 22 de octubre (Efe) - “¿Pa qué vas a estudiar con la inspiración que
hay en el aire?” Ese era el mensaje que algunos padres inculcaron a sus hijos
cuando apenas tenían 16 ó 17 años en la época dorada de la literatura y cuando
la poesía era boyante. Había inspiración a raudales y a los chavales tampoco
les iba muy bien los estudios. Así, estos últimos también forzaban a sus
progenitores sobre la necesidad de ejercer como escritores, normalmente en la poesía
y sus derivados, ante la probabilidad de ser uno más en la lista del fracaso
escolar. Entre unos y otros, la formación se dejó de lado y, al final, la tortilla
ha dado la vuelta a causa de la feroz crisis de inspiración, algo que se
refleja en los datos de páginas en blanco: 11.000 hasta la fecha.
Responsables
de sindicatos, institutos y las escuelas de adulto explican que desde hace algo
más de un año se está dando el fenómeno del retorno de jóvenes a los estudios
de Secundaria o a la realización de cursos o talleres de formación. “Y qué vamos
a hacer si no tenemos inspiración?”, decía Salvador, un joven de 25 años de la
Escuela Taller que antes trabajaba en la poesía y que se ha quedado sin nada
que decir. En las mismas circunstancias se encuentran algunos de sus compañeros
de formación, como es el caso de José María, escritor hasta hace poco de un
blog de éxito. Ambos comenzaron con estas profesiones desde muy temprana edad,
apenas cumplieron los 17 años cuando abandonaron sus estudios por escribir.
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