Cuando en mi entrevista en Radio Ecca de Canarias me preguntaron qué era para mi el humor absurdo estuve a punto de mandarles a la mierda por hacerme una pregunta tan difícil de contestar, pero finalmente logré balbucear una respuesta: para mí el humor absurdo es coger la realidad y realizar en ella un cambio pequeño y sutil que lo trastoque todo para que algo que, aunque pueda parecer real, quede fuera de toda lógica. En este relato tenemos el ejemplo: una madre deja abandonado a su bebé en el autobús con la esperanza de que vaya él solito a la guardería.
Lo bueno de escribir algo absurdo es que el lector es capaz de sacar montones de conjeturas e hipótesis de lo que quiero expresar realmente con esta historia. Unos piensan que es una metáfora acerca de la educación ya que los padres se despreocupan de la formación de sus hijos cuando los llevan al colegio, otros sin embargo ven una sátira a la poca solidaridad de las personas, los más listillos presuponen sin embargo que es una crítica a la falta de infraestructuras en el mundo occidental para hacer frete a amenazas de esta categoría. ¿Cuál es la teoría correcta?
La verdad es que solamente es la historia de una tía muy loca que deja a su bebé en el autobús pensando que puede ir solo a la guardería.
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