-¡Habla de una vez! ¿Dónde está el dinero?
-¡No te lo diré nunca!
-Umm, ¿has visto mi bate de beisbol?
-Caray, es muy bonito. No sabía que te gustase el béisbol. ¿Lo has comprado en Decathlon?
-Sí… ¡Eh! ¡No me cambies de tema!
-Eres tú el que ha sacado el tema deportivo.
-No sé si sabrás ya lo que le pasó a Johny.
-Ah, sí. Al pobre le dieron una paliza.
-Espero que a ti no te pase lo mismo.
-Sí, yo también lo espero, que te pase algo así es una putada.
-¿Y bien?
-Y bien… ¿qué?
-¿No tienes nada que decirme?
-Ah, claro que sí. Espero que a ti tampoco te pase. Vamos, ni a ti ni a nadie.
-Gracias hombre… ¡No! ¡Espera! ¡De nuevo intentas despistarme! ¡Lo que quiero saber es dónde está el dinero!
-Joder, pero si es que no dejas de cambiarme de tema.
-¿Sabes? No uso este bate precisamente para jugar al béisbol.
-¿Lo ves? ¿Y entonces para qué lo usas? ¿Criquet quizás?
-¡No! ¡Maldita sea! Quizás estoy siendo demasiado sutil…
-¿Qué quieres decir?
-Que estoy intentando insinuarte algo.
-¿Qué?
-Lo que oyes.
-Lo siento, pero yo… Me siento alagado de verdad, pero no eres mi tipo.
-Ah vaya, espero que por lo menos sigamos siendo amigos.
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