viernes, 27 de agosto de 2010

Sugerencia que acabo de enviar a atención al cliente de Sevici

En estos tiempos de crisis nada más y nada menos que el señor Decaux, sí, ese que es propietario de la empresa JCDecaux, se le ha ocurrido desactivar el número no 902 que las pobres gentes de bien usábamos cuando una de esas maravillosas y toneladicas (puede que acabe de inventar esta palabra) bicicletas se enganchaba mal en la botoneta (esta palabra se la inventó el señor Decaux) y no te quedaba más remedio ya que según ellos “Usted tiene una bicicleta alquilada”.
Seguramente el señor Decaux, mientras realiza uno de esos largos matutinos en su inmensa piscina repleta de billetes de 500 €, no piensa en el esforzado padre de familia que, para ahorrarse unos cuantos euros y poder llegar a fin de mes, lleva a sus 7 hijos en bicicleta todas las mañanas (sí, es cierto, quizás debiera haber gastado algo más de dinero en preservativos), en Sevilla, con más de 40 grados a la sombra en verano… bueno, digamos que los lleva a las clases particulares porque sus hijos son unos mastuerzos y no aprobaron ni una. El caso es que a ese pobre hombre yo lo veo todas las mañanas llevando uno a uno a sus hijitos en las endebles cestas del “sevici”, 28 viajes ni más ni menos y no se puede permitir que en el 15º viaje, por poner, se enganche mal la bicicleta y, ala, tenga que llamar al 902. Menos mal que nuestro protagonista ya se sabe los números que hay que marcar una vez te sale la voz del contestador para conseguir hablar con una teleoperadora, pero aun así no puede evitar que al menos le tengan 5 minutos enganchado al teléfono “para verificar la incidencia”. Esto trae como consecuencia que a nuestro esforzado padre de familia, azotado por la crisis económica, reciba una kilométrica factura telefónica que sin duda le impedirá pagar la hipoteca, dejándolo desahuciado, dejándolo la mujer y dejándolo etcétera.
Tampoco piensa el señor Decaux en ese pobre adolescente sordomudo que va un día a una cita con una chica que conoció por internet y que acude con la esperanza de que esta no se dé cuenta de que no sabe hablar. El chico traza el plan de ir en bicicleta y entregarle una nota a la chica diciendo que esta tan exhausto por lo dura que estaba la bicicleta que no puede hablar. Pues como resulta que tiene que dejar la bici para no pasarse de la media hora, cuando va a volver a cogerla le dice que tiene una bicicleta alquilada y, créanme, es muy difícil para el chico sordomudo ponerse en contacto con ustedes en el 902. ¿Qué pasa al final? El chico no llega a su hora a la cita y la chica ya se ha ido con otro tipo más alto y guapo (casi tanto como el señor Decaux) y que encima sabe hablar 3 idiomas.
Mi proposición es que el señor Decaux debería pensar menos en su cuenta corriente, ya bastante abultada y pensar un poco más en los pobres y esforzados ciudadanos que diariamente usamos el “servicio” de Sevici, proporcionar un número, si no gratuito, sí de tarificación normal y otras formas de comunicar la incidencia que no sea la telefónica. Señor Decaux, ¡estamos en el siglo XXI! Ya pasó de moda esa forma de llevar la empresa en el que el único propósito es sacar hasta el último céntimo al cliente. Lea usted a los filósofos orientales: el dinelo no da la felicidad, hacel felices a los demás sí.
Un saludo: Zacarías Lara Peláez

miércoles, 25 de agosto de 2010

El fin de la humanidad

Después de la guerra nuclear solo quedamos ella y yo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Primer microrelato de terror

¡Buh!

jueves, 12 de agosto de 2010

Curiosidad en convenio colectivo

He encontrado esta curiosa cláusula en el convenio colectivo provincial del sector de científicos locos, la cual refleja la capacidad de estos documentos para adaptarse a cualquier circunstancia laboral. Dice así:

“El personal podrá ausentarse del trabajo con derecho a remuneración (permiso retribuido) durante tres días naturales en caso de fallecimiento de parientes hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad. En el caso de que el trabajador viaje por el espacio a mayor velocidad de la luz, volviendo atrás en el tiempo y asesine a alguno de sus ascendentes antes de que el trabajador nazca, tendrá derecho a una paradoja retribuida.”

sábado, 7 de agosto de 2010

...y 3

Tu risa, mujer a la que siempre odié, suena a ratas muertas.

El insomnio del escritor

El escritor se dio cuenta de que, a medida que mejoraba su técnica para escribir microrelatos, sus sueños se hacían más y más cortos, lo cual le llevaba a permanecer en vela la mayor parte de la noche. A veces me despierto sobresaltado soñando que me pasa a mí eso mismo y luego ya no puedo dormir.

lunes, 2 de agosto de 2010

Sus ojos

Era una tranquila mañana en la casa de empeño donde trabajaba hasta que llamaron a la puerta y vi que era ella. Siempre me ponía nervioso cuando ella llegaba. Me levante para darle dos besos pero cuando estaba a mitad de camino me di cuenta de que era algo inusual ese comportamiento con una clienta por muy bonitos que fueran sus ojos. Me quede a mitad de camino, de pie, sin saber muy bien qué hacer y efectivamente no hice nada salvo tartamudear un casi inaudible qué desea. Vengo a recuperar mi anillo, me dijo. Ella también parecía nerviosa, manejaba algo entre sus manos que no paraba de pasar de una a otra. Lo lamento pero el plazo terminó ayer, acerté a decir temblorosamente. Lo que manejaba entre sus manos era una pistola. La alarma estaba en el mostrador y yo demasiado lejos por culpa de sus ojos.
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