En una galaxia muy muy lejana, la cual era llamada Galaxia del Quinto Pino, un enorme planeta habitado por violentos, ambiciosos e invasores extraterrestres se plantean la conquista del Universo y más allá (si se puede). En un plis plas y gracias a sus enormes conocimientos científicos conquistan los planetas más cercanos y planean como poder invadir los planetas habitados más lejanos al suyo.
-Como tardaríamos a llegar tanto tiempo que moriríamos- dijo el jefe de todos ellos- vamos a construir una nave gigantesca con recursos prácticamente inagotables. Nosotros no llegaremos porque moriremos antes, lo mismo les pasará a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos y a los hijos de los hijos de nuestros hijos...- así continuó hablando el jefe de los violentos extraterrestres durante siete semanas y media (casualmente)- ...hijos de nuestros hijos sí llegarán. Y como tendrán nuestros genes sabrán que son la raza dominante del Universo y que deben aniquilar a todas las especies que encuentren (aplausos y disparos). (Se supone que la nave gigantesca sería el planeta Tierra pero eso solo lo habrá descubierto el lector adicto a las novelas de ciencia ficción o los que leen lo que escribo entre paréntesis). (Eso que he puesto entre paréntesis no lo dice el jefe de los extraterrestres).
Uno de los lacayos levanta la mano.
-¿Sí?
-Perdone señor. Espero que no me mate por pedir la palabra.
-Hoy estoy de buenas. Lo decidiré al final del cuento.
-Bueno, me gustaría saber como vamos a resolver el tema del aburrimiento.
-¿El aburrimiento?
-Sí verá. Es que tantos y tantos años, centurias, milenios... viajando pues al final te aburres. Si incluso te aburres en un extraterrestrebus de aquí al centro, que es media hora. Eso podría mermar la moral de nuestra tropa.
Al final el jefe se le olvida poner algo en la nave extraterrestre para entretener a los conquistadores que acaban cargándose el planeta antes de llegar a su destino. ¿Por qué se le olvido? Porque al final decidió matar al que preguntó y entre una cosa y otra...