Mierda de casa. Otra cucaracha. Plaf. Ven Pufi. ¡Te digo que vengas! Maldito perro, tendré que cogerte en brazos. Vamos a preparar la comida. Ten, aquí tienes la tuya. ¿No quieres comer, eh? Bueno, ya te lo comerás cuando te mueras de hambre. Mierda de cocina. Plaf. Tengo que comprar insecticida. Bah, si no tengo dinero, no tengo dinero ni para comida. Se lo lleva todo este maldito perro y encima no come. ¡Come te digo! ¡No me mires con esa cara! Mierda de cucarachas. Plaf. ¡Es por tu culpa Pufi! Mira como tienes la casa. Está llena de mierda. Yo no puedo más... No puedo vivir así. Plaf. Ven aquí. ¡Ven aquí! ¿Ves este cuchillo? Si no quieres que te lo clave cómete tu comida. ¡Vamos! Mierda de perro. Tú te lo has buscado.
Al entrar el cuchillo en el pequeño cuerpo de Pufi una diminuta lluvia de algodón calló sobre el suelo.
Al entrar el cuchillo en el pequeño cuerpo de Pufi una diminuta lluvia de algodón calló sobre el suelo.
¿Por q no he sido convenientemente informada de que tienes un blog nuevo, maldito?
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