domingo, 28 de octubre de 2012

Diseccionando Resucitó durante 15 segundos: Metáfora trillada sobre la ceguera

Hace un año más o menos me presenté a un concurso de microrelatos con la mayor ilusión del mundo de poder ganar ya que había enviado unos relatos audaces, asombrosos y con un extraordinario toque de ironía. Cual fue mi sorpresa cuando el jurado dio el fallo, nunca mejor dicho, anunciando que había ganado el siguiente microrelato: 

Llueve, fuera, también. 

Imagínense mi indignación en ese momento. No solo era un “relato” (por llamarlo de alguna forma) insulso y triste, sino que la metáfora que incluía en ella era de lo más ramplón y poco original… del universo. Así que me dije, esto es lo que os gusta, ¿eh? Y me busqué una metáfora lo más trillada posible y me puse a escribir sobre ello. “Metáfora trillada sobre la ceguera” fue el resultado. 

Si quieres leer el relato puedes hacerlo adquiriendo el segundo libro de relatos de Zacarías Lara Peláez “Resucitó durante 15 segundos” AQUÍ o comprándoselo al propio autor (me encanta hablar de mí en tercera persona) con cervecita y dedicatoria gratis. ¡Son solo 12 €!

lunes, 22 de octubre de 2012

Diseccionando Resucitó durante 15 segundos: Bebé a bordo

Cuando en mi entrevista en Radio Ecca de Canarias me preguntaron qué era para mi el humor absurdo estuve a punto de mandarles a la mierda por hacerme una pregunta tan difícil de contestar, pero finalmente logré balbucear una respuesta: para mí el humor absurdo es coger la realidad y realizar en ella un cambio pequeño y sutil que lo trastoque todo para que algo que, aunque pueda parecer real, quede fuera de toda lógica. En este relato tenemos el ejemplo: una madre deja abandonado a su bebé en el autobús con la esperanza de que vaya él solito a la guardería. 

Lo bueno de escribir algo absurdo es que el lector es capaz de sacar montones de conjeturas e hipótesis de lo que quiero expresar realmente con esta historia. Unos piensan que es una metáfora acerca de la educación ya que los padres se despreocupan de la formación de sus hijos cuando los llevan al colegio, otros sin embargo ven una sátira a la poca solidaridad de las personas, los más listillos presuponen sin embargo que es una crítica a la falta de infraestructuras en el mundo occidental para hacer frete a amenazas de esta categoría. ¿Cuál es la teoría correcta? 

La verdad es que solamente es la historia de una tía muy loca que deja a su bebé en el autobús pensando que puede ir solo a la guardería. 

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jueves, 18 de octubre de 2012

Diseccionando Resucitó durante 15 segundos: Don Braulio


Trabajo de administrativo en el servicio de ayuda a domicilio en Sevilla y gracias a me entero de montones de historias y anécdotas. Esta es una de ellas, no me la inventé yo. Cuando mis compañeras del equipo de asistencia técnica no están aprovecho para husmear en sus informes, es una estupenda fuente de inspiración. De allí saqué la historia de Don Braulio, la cual es absolutamente verídica. Al final, tras la pertinente denuncia de los familiares de Don Braulio, la empresa se tuvo que encargar de pagar el espejo.
En un principio las ilustraciones del libro las iba a realizar Falín. Gracias al informe de mis compañeras lo pude mandar al domicilio de Don Braulio y que le hiciera este estupendo retrato. Para ello de nuevo tuvo que vestirlo de juez pero esta vez lo mantuvo lejos de cualquier superficie donde pudiera verse reflejado.


Si quieres leer el relato de Don Braulio puedes hacerlo comprando el segundo libro de relatos de Zacarías Lara Peláez “Resucitó durante 15 segundos” en la siguiente dirección: http://www.bubok.es/libros/212862/Resucito-durante-15-segundos o comprándoselo al propio autor (me encanta hablar de mí en tercera persona) con cervecita y dedicatoria gratis. ¡Son solo 12 €!

miércoles, 17 de octubre de 2012

El Infierno

El otro día en Milenio 3 estuvieron hablando del infierno. Según un teólogo que habían invitado el infierno era el mayor de los sufrimientos durante la eternidad (o eso creí entender mientras sucumbía al sueño). ¿Durante la eternidad? A todo se acostumbra uno. 
Me recordó a la fiesta de navidad de mi empresa en la que acabamos en un sitio horrible, una discoteca horrorosa con una música terrible a todo volumen, donde encima hacía mucho calor y servían garrafón. Vale, quizás no era exactamente el mayor de los sufrimientos, pero si yo logré acostumbrarme a ese lugar en una hora por qué no podría acostumbrarme al infierno. Recuerdo que estamos hablando de la eternidad y que en todo ese tiempo te da lugar incluso de ver todos los capítulos de Arrayán.
Por eso discrepo con el teólogo. El infierno no puede ser la eternidad, al contrario, debe ser algo realmente horrible pero puntual. Permitirte vivir en el cielo con felicidad plena y todos tus deseos satisfechos sin saber en qué momento recibirás tu justo castigo. Sentir continuamente la espada de Damocles sobre tu cabeza. Vivir con esa incertidumbre, ese es el infierno.

martes, 16 de octubre de 2012

Stephen Hawking

Stephen Hawking, ese simpático científico que va en silla de ruedas a causa de una enfermedad degenerativa. Un tipo muy inteligente que por desgracia y a causa de esa enfermedad no tiene más remedio que comunicarse a través de un ordenador (a través de leves movimientos de cabeza y ojos puede seleccionar las palabras adecuadas). Seguro que todos lo recordáis porque llegó a salir en un episodio de Los Simpsons.


Mi teoría es que desde hace años no es Stephen Hawkings el que nos habla, sino su ordenador. Pensadlo, ¿cómo podemos saber que el que habla es él y no el ordenador? Poco a poco éste se dio cuenta de que estaba ante una persona totalmente vulnerable y manejable y ahora es él quien controla a Stephen Hawkings. Decían que era un ejemplo de lucha, pero solo es un ejemplo de la segura y futura dominación de las computadoras sobre el hombre.

¡Salvemos a Stephen Hawkings! ¡Destruyamos su máquina infernal!

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