lunes, 31 de mayo de 2010

Capítulo descartado

John Boyne, autor de “El niño con el pijama de rayas”, descartó algunos capítulos para su libro. Sin entrar en la calidad del libro o de si Bruno merecía o no morir en la cámara de gas, reproduzco uno de esos capítulos descartados que he obtenido introduciéndome ilegalmente en su ordenador y en su frigorífico.

Un día Madre llevó a Bruno y a Gretel a Berlín a comprar ropa. Después de dar unas vueltas por los barrios comerciales entraron en un H&M y Bruno se empeñó en que Madre le comprara un pijama de ositos.
-Pero Bruno-le dijo Madre-,tú ya tienes pijamas de sobra además esta talla te está pequeña.
-Es verdad-corroboró Gretel-,estás gordo Bruno. Aparte eres un capullo.
-¡Callate Gretel! No le puedes decir esas cosas a tu hermano, aunque sean verdad.
-Pero Madre, me gusta este pijama -replicó Bruno-. Y una talla pequeña me hará mas estilizado. Padre siempre ha dicho que tengo que crecer y ser rubio con ojos azules, por eso me compró las lentillas...
-Bueno, está bien -dijo resignada la Madre.
Sin embargo Bruno no quería el pijama de ositos para él, sino que pretendía regalárselo a aquel chico que había conocido hace poco y que siempre iba con el mismo pijama de rayas. Pensó Bruno que como Shmuel le quedaba muy ancho el pijama de rayas aquel otro pijama le quedaría bien. Pensó también que aquellas personas que vivían detrás de la verja debían dormir mucho porque siempre iban en pijama aunque ahora no lograba recordar si llevaban o no zapatillas así que desestimó pedirle a Madre que le comprara aquellas pantuflas con forma de perrito y, además,no sabía que talla de pie podía tener Shmuel. Así que esa tarde Bruno dio un paseo por la alambrada con el pijama guardado en una bolsa para encontrarse con su amigo Shmuel y regalárselo.
Cuando Bruno encontró a Shmuel este se encontraba sentado al otro lado de la verja, como siempre, mirando al suelo y con expresión triste. Bruno estaba contentísimo por poder alegrar con su regalo a su amigo.
-Hola Bruno- dijo Shmuel.
-¡Heil Hitler!- contestó Bruno levantando el brazo.
-Ya te dije que no me gusta que me saludes así...- le respondió Shmuel.
-Es que mi padre dice que tengo que saludar así. No me mires con esa cara y toma, te he traído un regalo.
Bruno pasó la bolsa de H&M al otro lado de la reja y Shmuel la ojeó sin demasiado entusiasmo.
-¿Qué pasa? ¿No te gusta?
-No es eso Bruno. Es que no creo que me dejen ponerme esto.
-¿Por qué no? Sé que os gustan los pijamas y este es muy mono. Si no te dejan ponértelo es que ahí dentro no tienen el más mínimo sentido del gusto y la estética. De todas formas no te preocupes, en la bolsa también tienes el ticket así que puedes ir a descambiarlo si quieres.
-A ver Bruno. No sé si te has dado cuenta, pero esto es un campo de concentración.
-¿Un campo de concentración? ¿Y en qué os concentráis?
-Déjalo, no das para más...

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