“Cuando se desea algo con todas tus fuerzas, el Universo entero conspira para que puedas realizar tu sueño”. Esta frase de Paulo Coelho es siempre cierta, incluso cuando lo que se desea es imposible. Si no que se lo digan a Travis Smith, americano de Alabama que, siendo muy joven y al descubrir cierta imposibilidad humana gracias a un médico amigo de su familia, deseó con todas sus fuerzas poder realizar dicha proeza. El joven Travis practicó, hizo infinitos ejercicios de estiramiento e incluso se apuntó a clases de contorsionismo para poder cumplir su sueño, pero no pudo lograrlo y así poder pasar a la posteridad por ser el primer humano en conseguirlo.
Curiosamente, a finales de 1943, Travis Smith fue reclutado por las fuerzas armadas norteamericanas y enviado a participar en el desembarco de Normandía. El día D, a la hora H, Travis Smith fue alcanzado por un obús alemán y perdió uno de sus brazos. Con gran dolor y terrible confusión Travis cogió su brazo derecho de la arena de la playa de Omaha y, por fin, cumplió su gran sueño de poder lamerse el codo.
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