La cojo de la mano y la otra mano a la espalda y un, dos, tres, un, dos, tres. Cuidado con no pisarme, los pasos no tan largos... Ahora un pasito para atrás y ya está. Así llega mi madre de la silla de ruedas a la cama.
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Este microrrelato tiene pinta de ganador de certamen. Así que ya sabes.
ResponderEliminarEs bellísimo este relato, y tu amor por tu madre. Os deseo lo mejor, y que siga mejorando poco a poco.
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos.
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