Los padres de Pedrito no le dejaban tener un perro. A la tierna edad de 6 años Pedrito había conseguido una televisión para su cuarto, una playstation, un móvil y un ordenador con internet pero sus padres se negaban en redondo a comprarle el perro por muchos lloros y berrinches falsos o reales que tuviese.
-Los perros son para los que tengan una casa grande con patio o para la gente que los necesite, como los ciegos -le decía su madre.
-No es justo -pensaba Pedrito mientras acercaba una cucharilla de postre a sus ojos.
Jajajajaja...lo tuve que leer un par de veces para entender el chiste.
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