jueves, 2 de septiembre de 2010

Un cuento antiguo (mio) que encontré por ahí

Ruth María nació en Rumania. Ya desde pequeña se le detectó una extraña enfermedad, tan extraña que fue llamado “síndrome de Ruth María”, la cual le impedía diferenciar los sueños de la realidad. Por eso su padre siempre le decía: “Nena, cuando vivas algo realmente raro o absurdo recuerda que es un sueño” y le daba un fuerte beso en la frente.

Sin embargo, a pesar de los sabios consejos de su padre, tuvieron que cuidarla como si fuera un tesoro ya que era difícil para una niña tan pequeña diferenciar lo que era “raro o absurdo”. Por ejemplo, su madre la salvó más de una vez un instante antes de que se tirara por la ventana ya que, si podía volar en sueños, por qué no iba a poder hacerlo en la realidad.

Por desgracia, siendo Ruth María ya una adolescente, sus padres murieron en un terrible accidente de tráfico cuando ambos se dirigían al trabajo. A pesar de lo que se dice no vieron pasar su vida en un instante y, todo fue tan rápido, que lo único que llegaron a pensar es que llegarían tarde al trabajo.

Desde entonces la vida de Ruth María fue un caos. Un buen día estaba en el instituto y el profesor la sacó a la pizarra para preguntarle una lección la cual Ruth María olvidó estudiar. ¿Los ríos de Rumania? ¿Para qué sirve aprender eso viviendo en España? A continuación Ruth María se dio cuenta con gran horror y asombro de que estaba desnuda de cintura para abajo. Con gran pudor se tapo como pudo ante las risas de sus compañeros de clase, incluido el chico que le gustaba. Por fin, se decidió a salir corriendo pero por más que corría y corría no avanzaba nada, así que salto y gracias a ese salto salió volando (cualidad que solo ella poseía). Mas, cuando se encontraba a una altura considerable, el viento dejó de soplar lo cual precipitó su caída y su grito desgarrador. Afortunadamente para ella aterrizó en su cama, en cuyos pies se encontraba sentado su padre que le decía: “Nena, cuando vivas algo realmente raro o absurdo recuerda que es un sueño” y tras un beso en la frente Ruth María se tranquilizó y volvió a despertar.

2 comentarios:

  1. Me encanta este cuento, Zaca.

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  2. Hola, Zaca. Como siempre, me declaro fan incondicional tuyo.

    Ahora bien, no cuelan los relatos inspirados en el visionado del filme "Origen" bajo la influencia de edulcorantes prohibidos en Canadá, Venezuela y países afines.

    Que no, que es broma.

    Eres un genio. Lo de puto, mejor que lo aclares en tus memorias.

    Un abrazo. No te rindas.

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